El alerta en Chiloé por parcelación inmobiliaria de 100 mil hectáreas en los últimos 5 años

Un explosivo aumento en la transacción de tierras en el Archipiélago de Chiloé, que alcanza la cifra de 100.000 hectáreas en los últimos cinco años, ha encendido las alarmas de las organizaciones ambientales de la zona. Este boom inmobiliario, impulsado por inversionistas externos y fenómenos como el teletrabajo, está generando una profunda preocupación por los irreparables daños ecológicos y sociales que podría acarrear para el territorio y sus comunidades, en medio de una completa desregulación.
Al respecto, Defendamos Patagonia ha alertado que este crecimiento desordenado refleja un absoluto descontrol territorial y la falta de una planificación urgente. Este fenómeno se desarrolla en un contexto crítico, marcado por una severa crisis hídrica y una expansión sin precedentes de parcelaciones en suelos rurales, lo que agrava la presión sobre ecosistemas frágiles y recursos naturales esenciales para la vida en las islas.
Al respecto, Juan Carlos Viveros, coordinador de la campaña, expresó a Radio Biobío, su consternación por la magnitud del problema, integrando su declaración textual: "Lo que no estábamos enterados era de la magnitud de aquello y cuando hoy recibimos esta información que son cerca de 100.000 hectáreas, la verdad es que la cifra sobrepasa todas las dimensiones y todos los cálculos que teníamos".
Viveros añadió al medio radial: "Paradójicamente, lo que esta gente al parecer no se ha dado cuenta es que con esta misma presión que están ejerciendo sobre los ecosistemas, lo que van a causar o están ya causando es un peligro total, una amenaza total a lo mismo que es el factor que los atrae. La situación es bastante paradójica, bastante preocupante". Esta advertencia subraya la ironía fatal de que el mismo atractivo natural que motiva la compra de terrenos —bosques, humedales y fauna silvestre— sea lo que está siendo destruido por la presión inmobiliaria.
Frente a este escenario, las organizaciones civiles exigen de manera perentoria a las autoridades que implementen con celeridad un ordenamiento territorial serio y vinculante para el archipiélago. La implementación de instrumentos que regulen el uso del suelo se considera la única vía para frenar esta amenaza total y proteger el frágil patrimonio natural y cultural de Chiloé para las generaciones futuras.
