Chile en la COP 30: Develan contradicciones entre eslóganes oficiales y patrocinio empresarial controvertido
En el marco de la COP 30 en Belém, Brasil, Rodrigo Andrade, académico y activista ecosocialista, ofreció una crónica reveladora de la trastienda chilena y global de la cumbre climática en una entrevista con el programa La Mañanera de El Ciudadano. Andrade, testigo directo de los eventos, describió un escenario de fuertes contrastes, marcado por un incendio en la Zona Azul –atribuido a fallas técnicas y saturación eléctrica–, protestas y una significativa presencia de lobistas. Según El Ciudadano, el activista relató que el fuego "viene a cerrar un corolario de situaciones bien particulares de la COP-30" y que el recinto, capaz de albergar a 100.000 personas, presentaba una "saturación eléctrica" con cortes de luz previos.
Respecto al desempeño de Chile, Andrade desmintió categóricamente que el país haya sido reconocido como el "primer Estado ecologista del mundo". En declaraciones recogidas por El Ciudadano, afirmó: "No existe eso, yo creo que eso es un eslogan político divertido, bueno, que además es irorreal, digamos, no es así". Puso como ejemplo a naciones como Costa Rica o Uruguay, que sí basan su matriz energética en fuentes renovables no convencionales. Sobre la delegación chilena, si bien destacó el rol técnico de la Cancillería, reveló la polémica composición e influencia del sector empresarial en el pabellón nacional.
La incómoda coexistencia de intereses en los pasillos de la cumbre fue otro punto destacado. El Ciudadano recoge la mención de Andrade a la financiación del pabellón de Chile por parte de "la Sofofa y de la patronal digamos de los gremios". El académico señaló que "uno se encuentra aquí en los pasillos con los representantes de las salmoneras", actores polémicos a nivel nacional, lo que ejemplifica la apertura del país a un diálogo que incluye a sectores con conflictos socioambientales. Esta captura corporativa contrasta con el histórico reconocimiento de la ONU a los pueblos originarios como guardianes de la naturaleza.
En un panorama global complejo, Andrade subrayó el estancamiento de la transición ecológica y la crítica falta de financiamiento de los países desarrollados, responsabilizando al G7 y a Estados Unidos bajo el mandato de Donald Trump. El activista alertó que "estamos asistiendo a una cumbre donde uno de 25 personas asistentes son lobistas del mundo petrolero mundial", evidenciando la enorme envergadura de los intereses económicos que pugnan por influir en las negociaciones y que dificultan la acción climática concreta.
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